Mi Pequeño Maestro...

14/09/2007



Todos los niños sois maestros de sueños e ilusiones, y TÚ eres MI maestro de sueños e ilusiones

Pude mirarte de nuevo esos ojos enormes que tienes, pude ver tu mundo y me invitaste a pasar de tu mano.

Vi con una sonrisa tonta en la boca que sigues siendo el mismo niño que hacía más de año y medio que no veía, que te acordabas de mi y volví a escuchar como me llamabas con la dulzura que tiene tu voz.

Me contaste lo que había cambiado tu vida en este tiempo, me presentaste a tu hermano, me enseñaste tu habitación, me enseñaste las cosas de tu cole de mayores y me recordaste cuando cantábamos por el pasillo y lo que te gustaban los animales.

No querías que me viniese, te dije que volvería el sábado y me dijiste que mentía, que la última vez te dije que volvería y te había dejado solo mucho tiempo… No creo que haga falta decir que me avergoncé de mi misma porque tenías razón.

Posiblemente no lo entiendas, solo tienes cuatro años, pero si no te vi fue porque nunca recibí algunas respuestas. Eso da igual. Tú, aunque al principio parecía que me guardabas algo de rencor, me has vuelto a tratar como antes y me has vuelto a sorprender con tus grandes frases, con tus gestos y con tus caricias.

Quien te conoce sabe como eres, sabe que eres un niño que destaca por cariñoso y muy sensible, que es generoso en abrazos, besos y caricias con quien quiere. Eso es lo que encanta de ti, que cuando haces una caricia en la cara pareces un viejito pequeño, parece que entiendes a la perfección la importancia de los pequeños gestos de cariño…

Creo que no es una buena época para ti. Creo que no eres capaz de entender algunas diferencias que se hacen contigo. No llegas a entender demasiado bien que tu mami se case el sábado y que tu hermano pequeño tenga tantas atenciones. Cuando se te explica y no terminas de saber muy bien que se te cuenta, sólo preguntas ¿Pero voy a estar solo? Lo único que hace falta es recordarte que no, que no te vas a quedar solo y tu rostro se relaja y vuelves a quitar esa mirada de miedo que tanto me acongoja.

Por lo pronto el sábado y el domingo estaré contigo, te pondré bien guapo para que acompañes a tu madre que también irá preciosa, te acompañaré el resto del día, comeré contigo, dormiré a tu lado y procuraré despertarte despacito para que no te asustes, intentaré hacerte ver que sigues siendo el príncipe de la casa, pero que hay que aprender a compartir; y es que tú sabes hacerlo, pero solo necesitas que te lo cuentes de una forma más dulce…tan dulce como tú =)