24.2.07

¿Será Odio?


Sinceramente, me molesta, me puede, me supera
No soporto que tengas el poder que tienes sobre mi, que tengas la habilidad de sacarme de quicio, de ponerme al límite de mis posibilidades, de lograr que me asome, una y otra vez, al avismo que hace que pierda la cordura y la paciencia que siempre me ha caracterizado…me matas poco a poco.
Me robas instantes de sosiego, etapas de estabilidad, perturbas mi quietud, mi reposo, mi sueño, mis sueños…
Eres un ser vil y horrible, egoísta y egocentrista; capaz únicamente de adorarte a ti y a los que quieres…
La única persona que tienen la capacidad de hacer que solo vea oscuridad, de que cada vez el túnel sea más largo y el punto de luz al final más insignificante. Que pierda los nervios, y lo que es peor no quiera recuperarlos y se esfume la intención de hacer más llevaderas las cosas.
No te pido que me quieras, no te pido siquiera que me aprecies. No pretendo que me valores ni que me hagas carantoñas a estas alturas…ya no las necesito.
Solo te pido que me olvides, que me dejes vivir mi vida en paz, que no agotes mis fuerzas y ganas de seguir con todo. Que no me machaques, que no destaques mis luces, pero tampoco te inventes mis sobras, que dejes de poner escalones en mi camino, que dejes de atar mi alas…y sobre todo que dejes de taladrar mi corazón, de dañar mis entrañas y de provocar las heridas más profundas que tiene mi alma.
Céntrate en lo tuyo y en los tuyos, y olvídate, de que una vez, hace veinte años, nació alguien que debería haber sido importante para ti, y que durante un tiempo te quiso con locura y ahora te detesta desde lo más profundo de su ser.
De niña, me preguntaba porqué me despreciabas, porqué hacías tantas diferencias entre mi y otra gente, porqué te molestaba que estuviese a tu alrededor cuando siempre me esforcé en que te sintieses bien y estaba calladita, porqué me tratabas de aquella manera…Incluso pensé que podía sentir eso que llamaban “pelusilla” de esas otras personas…Ahora se que no, que realmente sentía tu rechazo.
Me he dado cuenta de que no te quiero, que nisiquiera siento un vínculo afectivo mínimo contigo, e incluso, es posible que despiertes algo muy semejante al odio en mi; y que si ese sentimiento no me ha abordado antes, es porque, sinceramente, no he dejado que saliese. Ahora me he cansado de estar empujando el cajón de mi memoria en el que estaba encerrado, y un día de estos saldrá y sé, que te guardaré rencor para siempre.
De todos modos, gracias por ser como eres y de enseñarme cosas en la vida, como que hay gente por la que no merece la pena luchar ni preocuparse.
A lo máximo que aspiro contigo, es a que no me afecte nada de lo que haces y dices; porque muchas veces las palabras y las intenciones, hacen más daño que los hechos.